Tras la celebración del día de San Abundio y la Feria de Hornachuelos en julio, el municipio se volcó con su Patrona la Reina de Los Ángeles.
El pasado 2 y 3 de agosto concretamente se desarrolló la agenda festiva. El día grande fue el 2 de agosto que comenzaba a las 7 de la mañana con la diana floreada a cargo de la Banda de Música de Hornachuelos.
Tras los actos religiosos que se celebraron a las 8 de la tarde, tenía lugar la Solemne procesión de la patrona que recorrerá las calles de la localidad, para posteriormente dar paso a la tradicional subasta.
El origen de esta festividad hay que remontarlo a finales del siglo XV, cuando una pequeña comunidad franciscana levanta el primitivo convento de Santa María de los Ángeles. En 1869 se constituye la Hermandad de los Ángeles, estableciéndose los vínculos y obligaciones de mantener el culto a la patrona. De esta época es el molino del Vínculo, situado a la entrada de la localidad, que servía para recoger fondos y mantener durante todo el año el aceite necesario para la lámpara de la iglesia.
En la procesión, para complacer a todo el vecindario se ha establecido que un año recorra la procesión la parte alta y otro la parte baja del pueblo. Durante el recorrido procesional existía la costumbre de que los vecinos pagasen para que se cantara la Salve en la puerta de su domicilio. Hoy se canta de forma gratuita aunque se dan donativos en las paradas oficiales de la procesión. Terminada la misma tiene lugar la tradicional subasta en el atrio de la Iglesia.
Es tradición curiosa en el municipio la subasta de la Reina de los Ángeles, que tiene lugar tras la procesión. Se recogen fondos para sostener el mantenimiento del culto y capilla de la patrona a lo largo del año. En esta subasta participa casi todo el pueblo, bien donando objetos para la puja o bien ofreciendo dinero para llevárselos. Muchos de los objetos que se pujan son meramente simbólicos, como los gladiolos, nardos o la famosa ensarta de diamelas. En el mismo sentido, nos encontramos con la puja por entrar la patrona a hombros en la iglesia, que se denomina sorteo de varales.
La diamela o jazmín de Arabia es una rara especie con un aroma muy intenso, que se desarrolla en esta zona. Las mujeres de Hornachuelos solían fabricarse con ellas su ensarta para lucirla al cuello los días veraniegos. Estos collares de flores se cuelgan en la mano de la patrona y miden varios metros de longitud; serán los objetos más esperados de la subasta por el elevado precio que llegan a alcanzar.
Hasta hace unos años la costumbre de pujar por la ensarta, estaba reservada casi exclusivamente a los novios, que la regalaban a la novia, llegada la hora del matrimonio.
Otras veces, la ensarta servía para el comienzo de una relación, al regalársela un chico a una chica como símbolo de petición de noviazgo; en caso de colgársela, significaba la aceptación del mismo, y si le era devuelta, una negativa.