Una vez quede atrás la feria, llegará la festividad de la Patrona. Su día grande se celebrará el 2 de agosto.
A las 11:30 horas se celebra la Solemne función religiosa en Honor a Nuestra Patrona La Reina de Los Ángeles Coronada. Presidida por Francisco Javier García Ramírez, Párroco de Hornachuelos.
A las 9 de la noche se celebra la Solemne Procesión de Nuestra Patrona, acompañada por la Banda de Música “Asociación Manuel de Falla” por la parte alta del pueblo. Y a las 11 de la noche la tradicional subasta.
El 3 de agosto está prevista una velada musical y baile durante toda la noche, amenizada con la actuación musical del trío “Conexión”, en el Paseo Blas Infante.
Desde el domingo 24 de julio hasta el lunes 1 de agosto, tiene lugar en la Parroquia de Santa María de las Flores, la solemne Novena en honor de Ntra. Sra. Reina de los Ángeles.
El origen de esta festividad hay que remontarlo a finales del siglo XV, cuando una pequeña comunidad franciscana levanta el primitivo convento de Santa María de los Ángeles. En 1869 se constituye la Hermandad de los Ángeles, estableciéndose los vínculos y obligaciones de mantener el culto a la patrona. De esta época es el molino del Vínculo, situado a la entrada de la localidad, que servía para recoger fondos y mantener durante todo el año el aceite necesario para la lámpara de la iglesia.
Durante procesional existía la costumbre de que los vecinos pagasen para que cantara la Salve en la puerta de su domicilio. Terminada la misma tiene lugar la tradicional subasta en el atrio de la Iglesia.
Es tradición curiosa en el municipio la subasta de la Reina de los Ángeles, que tiene lugar tras la procesión. Se recogen fondos para sostener el mantenimiento del culto y capilla de la patrona a lo largo del año. En esta subasta participa casi todo el pueblo, bien donando objetos para la puja o bien ofreciendo dinero para llevárselos. Muchos de los objetos que se pujan son meramente simbólicos, como los gladiolos, nardos o la famosa ensarta de diamelas. En el mismo sentido, nos encontramos con la puja por entrar la patrona a hombros en la iglesia, que se denomina sorteo de varales.
La diamela o jazmín de Arabia es una rara especie con un aroma muy intenso, que se desarrolla en esta zona. Las mujeres de Hornachuelos solían fabricarse con ellas su “ensartá” para lucirla al cuello los días veraniegos. Estos collares de flores se cuelgan en la mano de la patrona y miden varios metros de longitud; son los objetos más esperados de la subasta por el elevado precio que llegan a alcanzar.
Hasta hace unos años la costumbre de pujar por la “ensarta”, estaba reservada casi exclusivamente a los novios, que la regalaban a la novia, llegada la hora del matrimonio.
Otras veces, la “ensarta” servía para el comienzo de una relación, al regalársela un chico a una chica como símbolo de petición de noviazgo; en caso de colgársela, significaba la aceptación del mismo, y si le era devuelta, una negativa.