El Centro de Interpretación de Hornachuelos (Ceicuh) continúa con su septiembre cultural. El pasado 26 de septiembre, desarrolló otra conferencia bajo el título “Fortalezas y despoblados medievales de la Sierra de Hornachuelos” a cargo de Emilio J. Navarro Martínez, organizado por la concejalía de Patrimonio del Ayuntamiento de Hornachuelos.
El profesor e historiador, Emilio J. Navarro Martínez, durante unos 45 minutos mostró al numeroso público asistente la importancia del territorio del actual parque natural durante varias épocas de la historia, centrándose sobre todo en el periodo islámico medieval. En el desarrollo de su conferencia mostró documentos y planos antiguos fotografías de varios castillos y fortalezas inéditas como la del Comendador, Comares, Casa Fuerte, Mosqueros, etc… Además de profundizar en distintos aspectos del patrimonio cultural serrano, habló sobre los antiguos poblados de la sierra, que hoy se encuentran abandonados e inéditos, y que son objeto de sus investigaciones actuales. El autor agradeció a un grupo de personas que llevan tiempo trabajando en la línea de dar a conocer y preservar la riqueza monumental, cultural y paisajística del parque natural de la Sierra de Hornachuelos.
Hornachuelos tiene hasta el momento 9 castillos y/o fortalezas medievales conocidos en su término. Y en cuanto a despoblados se conocen 5. Tanto en relación a los castillos y antiguos poblados se especula que puede haber más que aún no han sido descubiertas por la imposibilidad de investigar en fincas privadas. Algunos de esos poblados tienen estructuras que pudiesen ser de mezquitas. Los muros de las fortalezas suelen superar los 3 metros de altura y están construidos con la técnica de piedra seca y algo de cal.
Contó que en aquella época esta sierra estaba muy poblada y que hoy en día es de las más despobladas de España.
Al final de la conferencia se procedió a la fase de ruegos y preguntas. Hay que destacar la intervención de Nany Martínez sobre el descubrimiento de su padre, en una barriada de la localidad, de una necrópolis -posiblemente romana-, según se como explicaba en qué consistía el ajuar. Según contó, su padre se puso en contacto con las autoridades y personas cultas de Hornachuelos sobre el hallazgo pero no le hicieron el caso que el hallazgo ameritaba. También le produjo mucha alegría oír los nombres de los lugares de la sierra que desgraciadamente se están perdiendo, pero que aún perduran en los planos y mapas de los últimos siglos.
Y, como es ya una costumbre, se procedió a departir entre los asistentes en el Patio del Limonero sobre lo aprendido esa noche.
