Hoy, 20 de mayo, es el Día Mundial de las abejas, un insecto que puede polinizar hasta 7000 mil flores al día y proveer miel como alimento y medicina sin necesidad de tener una parte de tierra o algún capital.
Hornachuelos celebra este día de forma especial, con la intención de concienciar sobre la necesidad de proteger a las abejas y con el interés de agradecer la labor a sus agricultores. Por ello, se ha elegido este día para colocar una placa conmemorativa con esta intención.
La ONU decidió que esta fecha en la que se conmemora el nacimiento del apicultor esloveno Anton Janša. Este pionero supo reconocer la habilidad de estos insectos y lo importante que era darles un apoyo importante como apicultores, para asegurarse su comodidad y pervivencia.
A la pregunta de ¿Qué pasaría si murieran todas las abejas? hay que contestar que nuestra vida y la de todos los seres vivos del planeta sufriría cambios muy significativos. Gran parte de los alimentos fundamentales dependen de las abejas y del resto de polinizadores. Sin ellos no habría prácticamente frutas y muchísimas de las plantas fundamentales desaparecerían.
La polinización es un proceso fundamental para la supervivencia de los ecosistemas, esencial para la producción y reproducción de muchos cultivos y plantas silvestres. Casi el 90 por ciento de las plantas con flores dependen de la polinización para reproducirse; asimismo, el 75 por ciento de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización y el 35 de las tierras agrícolas mundiales. Los polinizadores no solo contribuyen directamente a la seguridad alimentaria, sino que además son indispensables para conservar la biodiversidad.
El tema del Día Mundial de las abejas 2022 es ‘Correr al rescate de las abejas’ – ‘Celebrando la diversidad de las abejas y los sistemas de apicultura’. La idea fundamental es dar relevancia no solo a estos maravillosos insectos, sino también a los sistemas que el ser humano ha creado. Ellos sirven de protección y amparo a estas especies polinizadoras y productoras.
Los sistemas de apicultura consisten básicamente en un trueque. El ser humano obtiene cera, polen, miel, jalea real y propóleo. A cambio de ello protege a las abejas de depredadores, plagas, parásitos y demás amenazas. Para ello existen no solo las colmenas, sino también todos los demás elementos que se emplean para darles la mejor vida posible.
Desde hace ya varias décadas, las abejas se enfrentan a un cúmulo de factores que provocan su dramático declive. Entre estos últimos destacan: los pesticidas, las infecciones parasitarias, los depredadores como el avispón asiático, los monocultivos y las graves consecuencias del cambio climático.
La suma de estos factores es responsable de que la tasa de mortalidad de las abejas haya aumentado. En 1990 era apenas de un 5% y a finales de 2020 roza el 30%. Y esta cifra en vez de disminuir, solo se espera que suba. Y tristemente a nivel mundial no se está haciendo lo suficiente para detener esta masacre.
Desde el Ayuntamiento de Hornachuelos en este día se quiere agradecer a todos los vecinos que colaboran con el buen trato de las abejas y pedir que tome conciencia al que aún no lo haga. Además, no podemos dejar de dar las gracias a la cantidad de apicultores melojas que trabajan por y para las abejas y llevan el nombre de Hornachuelos por bandera en este ámbito, donde es un punto de referencia.
El Ayuntamiento pone en marcha acciones para favorecer a estos insectos, entre ellas la última la creación del jardín vertical en la zona de “Las Erilla” para darles un lugar donde acudir en su trabajo.
Precisamente en este lugar se ha colocado en esta jornada una placa conmemorativa para los apicultores y para las propias abejas. Además, también se hace mención a una gran persona, apicultor por excelencia de la localidad y defensor de las abejas, Fernando Morales. Se quiere de esta forma dar las gracias a tanto como hizo por el mundo de las abejas y por Hornachuelos.