El pasado mes de julio se entregaban las llaves de los primeros cheniles de la zona ganadera de Hornachuelos que fueron adjudicados y cuyos contratos también se firmaron.
Aún se están terminando con todos los requerimientos de mejoras que los técnicos correspondientes están realizando antes de que los animales puedan hacer uso de las instalaciones.
Entre estas mejoras por ejemplo el cerramiento de las divisiones de los cheniles de una explotación con otra o la apertura de una ventilación a los patios y el desbroce y la creación de un vado sanitario en las puertas de entrada.
El equipo de gobierno considera que antes de que empiece la temporada de montería a mediados del mes de octubre podrán estar los perros en sus cheniles.
De esta forma, la zona ganadera entrará en funcionamiento en las próximas semanas en una apuesta importante de la localidad por la mejora de este sector habilitando una zona ganadera adecuada en cuanto a ubiación y espacios y regulando la utilización, mantenimiento y funcionamiento de las instalaciones.
El municipio de Hornachuelos siempre ha estado muy vinculado con el mundo de la ganadería y sector cinegético. De hecho, son pilares básicos en su economía y los profesionales relacionados con el sector no cuentan con un espacio adecuado.
El “Centro Ganadero Municipal de Hornachuelos” consiste en un conjunto de edificaciones e instalaciones necesarias que permiten el alojamiento de 12 rehalas, una explotación semiextensiva de ganado caprino y ocho explotaciones de pequeña capacidad de ganado equino. Con la explotación de dicha actuación, se obtiene el control y alojamiento de las numerosas rehalas existentes en el municipio derivadas de la importante actividad cinegética que se desarrolla en el extenso término municipal de Hornachuelos. Además se cuenta con espacios comunes y todas las instalaciones necesarias y que exige la normativa.
Hornachuelos es uno de los primero municipios de la provincia e incluso de Andalucía en contar con una zona ganadera. Un hito importante y que viene a resolver un problema histórico ya que no existía una zona ganadera como tal, y esta actividad se realizaba en las afueras del pueblo sin reunir las condiciones necesarias.