Hasta el próximo 4 de julio, el Centro de Interpretación Cultural de Hornachuelos (CEICUH) en la Posada de Arrieros, tiene abierta la exposición “Atravet” de Patricia Aguiard.
Patricia Aguiard, una artista autodidacta en el verdadero sentido de la palabra, ha trazado su propio camino en el mundo del arte, explorando diferentes técnicas y medios con una pasión y una determinación inquebrantables. Sin la influencia de una formación formal en artes plásticas, Aguiard ha forjado su propio estilo único, experimentando con el óleo, el acrílico, la resina epoxi y la acuarela para dar vida a sus visiones más íntimas y profundas.
Su enfoque autodidacta se refleja en la libertad y la audacia que impregnan cada una de sus obras. Sin las limitaciones impuestas por convenciones artísticas preestablecidas, Aguiard se sumerge en la exploración constante, empujando los límites de su creatividad y desafiando las expectativas del espectador, así lo explica el responsable del CEICUH, Rafael Heredia.
Patricia Aguiard, nace en Alsacia, de padres Franceses y por circunstancias profesionales de su padre tuvo una vida nómada por toda Francia y parte de Alemania. Aterrizó en tierras andaluzas en 2010 y siempre le gustó el dibujo, pero fue a partir de entonces con la madurez que se adquiere por el paso de la vida cuando empezó a escuchar su vena creativo-artística.
Siempre autodidacta empieza con clásicos, naturaleza muerta y paisajes hasta que con los años se inclina por un estilo propio, el abstracto expresivo. Su historia como artista autodidacta es un testimonio inspirador de la capacidad del ser humano para trascender las limitaciones y alcanzar nuevas alturas de creatividad y expresión.
La exposición
Según Rafael Heredia, “el óleo de la artista, con su riqueza cromática y su capacidad para crear texturas profundas, se convierte en lienzo para sus sueños y emociones. Sus paisajes son testimonios de su conexión con la naturaleza y su habilidad para capturar la esencia misma de la vida en cada pincelada”.
Por otra parte, el “acrílico, con su versatilidad y su rapidez de secado, se convierte en el medio perfecto para la expresión gestual y la exploración del color. Las obras de Aguiard en acrílico son explosiones de energía y vitalidad, reflejando su espíritu intrépido y su amor por la vida”.
La artista trabaja también la resina epoxi, sobre ello Heredia dice que “con su transparencia y su brillo, se convierte en un lienzo tridimensional para las visiones más abstractas y enigmáticas de Aguiard. Sus piezas en resina nos transportan a un mundo de belleza etérea y misterio, donde las formas se entrelazan y se fusionan en un ballet de luz y sombra”.
La exposición también tiene hueco para la acuarela, “con su delicadeza y su fluidez, se convierte en un medio para capturar la belleza efímera y la poesía de lo cotidiano. Las acuarelas de Aguiard nos invitan a contemplar la fugacidad de la vida y a encontrar la belleza en los momentos más simples y pasajeros”, añade Heredia.
El director del centro invita a la visita a esta exposición “con mente abierta y corazón receptivo, dejándose llevar por la magia y la belleza del arte. Que cada obra sea un recordatorio de que el verdadero arte surge del alma y florece en la libertad de expresión”.